Proviene de Felipe de Francia, duque de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, proclamado en 1700 rey de España con el nombre de Felipe V. Esta proclamación dio pie a la Guerra de Sucesión Española, contra el pretendiente de la Casa de Austria, el Archiduque Carlos de Austria. Esta rama ha reinado en España 1700 a 1808, de 1814 a 1868, de 1875 a 1931 y desde 1975, con Juan Carlos I.
La Familia Real Española se escindió en el siglo XIX en dos ramas rivales. La línea masculina proveniente del pretendiente Carlos María Isidro de Borbón, enfrentada a la línea reinante, proveniente de Isabel II de España y su marido, el rey consorte, Francisco de Asís de Borbón. El Derecho vigente en el siglo XIX establecía la sucesión en la persona de Carlos María Isidro de Borbón, pero los liberales convencieron a Fernando VII para que maniobrase de forma que pudiese suceder su hija de cuatro años, Isabel.
REYES BORBONICOS EN ESPAÑA
- Primera Restauración Borbónica
- Segunda Restauración Borbónica
- Reinado de Alfonso XII (1875–1885)
- Reinado de Alfonso XIII (1886–1931)
- Tercera Restauración Borbónica
- Reinado de Juan Carlos I (desde 1975)
La Casa de Austria es el nombre con el que se conoce a la dinastía Habsburgo reinante en la Monarquía Hispánica en los siglos XVI y XVII; desde laConcordia de Villafáfila (27 de junio de 1506) en que Felipe I el Hermoso es reconocido como rey consorte de la Corona de Castilla, quedando para su suegroFernando el Católico la Corona de Aragón; hasta la muerte sin sucesión directa de Carlos II el Hechizado (1 de noviembre de 1700), que provocó la Guerra de Sucesión Española.
El fin de la Casa de Austria (1643-1700)
Apoyados por los franceses, los catalanes, napolitanos y portugueses se levantaron en revuelta contra el monarca español en los años 1640. Con los Países Bajos Españoles efectivamente perdidos después de la batalla de Lens en 1648, los españoles hicieron las paces con los holandeses y reconocieron la independencia de las Provincias Unidas en la Paz de Westfalia que acabó tanto la Guerra de los Ochenta Añoscomo la Guerra de los Treinta Años.
La guerra con Francia continuó durante once años más. Aunque Francia sufrió una guerra civil en 1648-1652 (véase Guerras de la Fronda) la economía española estaba tan agotada que fueron incapaces de sacar provecho de la inestabilidad francesa. Nápoles fue tomada de nuevo en 1648 y Cataluña en 1652, pero la guerra llegó efectivamente a su final en la batalla de las Dunas donde el ejército francés bajo el vizconde de Turenne derrotó los restos del ejército español en los Países Bajos. España aceptó la Paz de los Pirineos en 1659, en la que cedió a Francia el Rosellón, Conflent, Vallespir y parte de la Cerdaña, Foix, Artois, parte de Lorena y otras plazas europeas.
Portugal se había rebelado en 1640 bajo el liderazgo de Juan IV, pretendiente al trono de la dinastía de Braganza, en lo que se conoce como la Guerra de Restauración. Recibió un apoyo generalizado de los portugueses, y los españoles – que tenían que ocuparse de las rebeliones en otros lugares y de la guerra contra Francia – fueron incapaces de responder. Los españoles y portugueses vivieron en un estado de paz de facto de 1644 a 1657. Cuando Juan IV murió en 1657, los españoles intentaron arrancar Portugal de su hijo Alfonso VI, pero fueron derrotados en Ameixial (1663) y Montes Claros (1665), conduciendo al reconocimiento de España de la independencia portuguesa en 1668.
Carlos y su regencia fueron incompetentes en ocuparse de la Guerra de Devolución que Luis XIV de Francia llevó adelante contra los Países Bajos Españoles en 1667-1668, perdiendo considerable prestigio y territorio, incluyendo las ciudades de Lille y Charleroi. En la Guerra de los Nueve Años Luis de nuevo invadió los Países Bajos Españoles. Las fuerzas francesas lideradas por el duque de Luxemburgo derrotaron a los españoles en Fleurus (1690), y posteriormente vencieron a las fuerzas holandesas bajo Guillermo III, que luchaban en el bando de España. La guerra acabó con la mayoría de los Países Bajos Españoles bajo ocupación francesa, incluyendo las importantes ciudades de Gante y Luxemburgo. La guerra mostró al mundo lo vulnerables y retrasadas que eran las defensas y burocracia españolas, aunque el ineficaz gobierno español no tomó ninguna acción para mejorarlas.Felipe IV, que había visto durante el transcurso de su vida la devastación del imperio de España, cayó lentamente en una depresión después de tener que despedir a su cortesano favorito, Olivares, en 1643. Se entristeció todavía más después de la muerte de su hijo Baltasar Carlos en 1646 a la pronta edad de diecisiete años. Felipe fue cada vez más místico cerca del final de su vida, y en última instancia intentó enmendar algunos de los daños que había hecho a su país. Murió en 1665 antes de que nada pudiera ser cambiado, esperando que su hijo podría ser de alguna manera más afortunado. Carlos, su único hijo superviviente, era gravemente deforme y retrasado mental, y permaneció bajo la influencia de su madre durante toda su vida. Luchando contra sus deformidades, las expectativas y las burlas de su familia y la corte, Carlos llevó una desgraciada existencia, lo que le supuso llevar el mote de "el hechizado" .
Las últimas décadas del siglo XVII vieron la decadencia y el estancamiento completo en España; mientras el resto de Europa pasó por apasionantes cambios en el gobierno y la sociedad - la Revolución Gloriosa en Inglaterra y el reinado del "Rey Sol" Luis XIV en Francia - España continuó a la deriva y cerrada en sí misma. La burocracia española que se había forjado alrededor del carismático, trabajador e inteligente Carlos I y Felipe II exigía un monarca sólido; la debilidad de Felipe III y IV llevó a la decadencia de España. Como sus deseos finales, el rey de España sin hijos deseó que el trono pasara al príncipe Borbón Felipe de Anjou, en vez de a un miembro de la familia que le había atormentado durante toda su vida. Carlos II murió en 1700, finalizando la línea de la Casa de Austria exactamente dos siglos después de que naciera Carlos I.